Guayaquil en el recuerdo

Guayaquil, para amarte
es necesario haberte conocido
largamente, mirándote
con los ojos del alma.

Haber caminado tus veredas
paso a paso
en el día o en la noche
esquina tras esquina
ventana tras ventana

Haber seguido
con los libros de estudio bajo el brazo
y el corazón suspenso en un suspiro
a una colegiala
hasta la puerta misma de su casa

Apagado la sed con un raspado
mentarosanaranjatamarindo
hielo desmenuzado
entre resecos labios

Jugando fútbol en tus calles
esquivando rivales y automóviles

Haber cantado una canción romántica
a una oscura ventana
tras la cual no sabíamos siquiera
si se nos escuchaba

Haber saboreado
después de una jornada de cuarenta
o de estudios quizá o de una fiesta
una taza de humeante chocolate
y un sánduche de queso derretido
cuyo sabor aún vive
en un sitio secreto de la mente

y sabemos
sabemos con certeza que ya nunca
se volverá a probar algo mejor

Haber oído
tus antiguos pregones
Admirando ventanas y balcones
de lujoso enrejado
llenos de frescas flores
Escuchando la lluvia repicando
en los techos de zinc
Haber seguido al hombre de los zancos
Saber quien era pirulí
o quien maría palito
Haber visto la luna
emerger de la ría
haber sentido el fresco
de tus amplios zaguanes
Haber corrido tras las motobombas
al sonido primero de la antigua sirena

Haber considerado
que una esquina o un barrio eran muy nuestros
defendiendo y cuidando
estantes y ventanas
paredes y jardines
y sobretodo hermanas y vecinas
en una ya casi olvidad
unión comunitaria

Haber subido
tus hoy cortados cerros circundantes
en busca de ciruelas
o nadado en las entonces límpidas
aguas del fresco estero
o haber dado cien vueltas los domingos
en el american park inolvidable

(seaglomeranseentrevean
los añejos recuerdos:
                    trompos pepo cometas
                    blanca salvador/mercedes de ortiz
                    matinés infantiles explosión de magnesio
                    traslados en tranvía
                    final de vacaciones: f. bravo/calero
                    blanca de murillo/ esperanza caputti
                    torneos de cintas
                    los domingos: rotonda
                                        fortich/ salón rosado
                                        eden o parisiana o aladino
                    etcéteras

Yo guayaquil te amo
más allá de todas las palabras
más acá de todos los recuerdos

Por eso duele tanto
ver que hay quieren te odian
y para hacerte daño se disfrazan
de políticos, estudiantes, ediles
y hasta de alcaldes
Te manchan te destrozan
te tratan de enterrar entre basura
se ensañan con tu estero tus cerros y tu ría
que debieron ser bellos como antaño
pero ellos convirtieron en espejos
de sus mentes y de sus corazones

Guayaquil para amarte
hace falta ser en verdad guayaquileño
alma adentro y de esos
quedamos menos cada día

Julio de 1984

Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010