Doloras de Pérez

Ramón, hijo, las doloras
me propongo yo cantarte
sin pasión.
Oye, que será actora
y acabará de cambiarte
la visión.

Tres cosas he visto trae
la vida, sin excepción,
a todos;
dos da y una sustrae
pues de sabiduría son
acodos.

Nadie éstas tres posee
y nadie tampoco una
ahonda.
Dos y siempre dos campee,
sin saber cuál será puna
seronda.

Escucha, en esta lista,
el primer elemento es
Variedad.
Picaflor minimalista
que va sin condonaciones
de edad.

La Variedad es la búsqueda,
el saber lo que deseas
en vida.
Es probar en rosaleda
las orquídeas y ninfeas
mullidas.

Variedad es aventura,
sed de los nuevos caminos
recorrer:
no puede haber holgura,
con entrega y con trino
abarrer.

Es empezar a conocer,
empezarse a preparar.
Llenarse
de saberes, y recocer
para luego comparar
y guiarse.

Variedad es entendernos.
Viajar todas las vías sin
apëarse.
Divagar para distraernos
Porque sólo se logra asín
hallarse.

Finalmente, Variedad es
poder sabernos evadir;
y un paso
lanzarse a dar sin lealtades,
huir pero sin persuadir
fracaso.

Mas Variedad no es todo.
¡Vacua vida ésta, si no!
Medita
que existe otro modo
para el vivir con tino.
Recita:

Aventura todo no es.
Hay acciones que dïarias
hay que hacer.
Y si en tedio te roes
no hay vías arbitrarias
a pacer.

Ciertas acciones hacerlas
es casi obligación. Pero
por eso
no hay que sólo barrerlas
de un modo tan grosero,
confieso.

Pues Repetición puede dar
por fruto la Seguridad;
rutina
que se deberá apreciar
sin irreversibilidad
vecina.

Y repetir es muy cómodo,
pues la certeza alivia
al alma
del vacío, que es apodo
de aquello que la lixivia
despalma.

¿Y el trabajo hastía?
¿O suma lo que substrae?
Amable
y bueno, ¿quién lo diría?
Tener rutina hasta es
rentable.

Finalmente, Repetimos
cada día nuestro encuentro.
Pues día
a día nos reconstrüimos,
y lo que llevamos dentro
varía.

Así que ya están vistas
Variedad y Repetición.
Ramón,
hijo, escucha al artista,
fíjate qué inspiración
del renglón:

que ahora trataremos
sobre Profundidad, que es
ahondar.
Para hacerlo debemos
Ramón, no te me ofusques
razonar.

Profundizar es contemplar.
Es divagar en la mente.
También es
una idea meditar
hasta que serenamente
te abstraes.

Ahondar es la perfección,
es en cada acción buscar
lo mejor.
Descubrir nuevo escalón;
ahondar el bien a la par
que el error.

Profundidad es profesión,
hacer una carrera de
la obsesión.
Sumar a una construcción
porque a todos agrade
tu visión. 

Y tampoco cabrá duda,
profundidad va a fomentar
de verdad
la cultura, pues ayuda
a alumbrar la ya estelar
sociedad. 

Ya, Ramón; ya con precisión
y decisión de Variedad
hablé. 
Hablé sobre Repetición
y espero que Profundidad
ya esté. 

¡Ay! Mi Ramón de Campoamor,
no te sientas ofendido
conmigo,
que soy tu humilde servidor;
yo con esta me despido,
tu amigo

Jorge Luis Pérez Armijos,
que te habla con corazón
y de él;
como siempre, sin prefijos,
como habla un varón
de la ley. 

Que estas Doloras justas
que son de rima y métrica
muy fina
sean como las que gustas
y sean luz de América
Latina. 

Abril de 2013 - enero de 2014

Jorge Luis Pérez Armijos
guayaquileño; 1987 -