Manabí

Tierra hermosa de mis sueños,
donde vi la luz primera,
donde ardió la inmensa hoguera
de mi ardiente frenesí
de tus plácidas comarcas,
de tus puentes y boscajes,
de tus vívidos paisajes
no me olvido, Manabí.

Tierra hermosa de mis ansias,
de mis goces y placeres,
el pencil de las mujeres
más hermosas que hay en ti
por la gracia de tus hijos,
por tus valles, por tus montes,
por tus amplios horizontes
te recuerdo, Manabí.

Son tus ríos dos espejos
de tus carmenes risueños
que retratan halagüeños
al espléndido turquí
de tú cielo en esas tardes
en que el sol es una pira,
mientras la brisa suspira
en tus frondas, Manabí.

Tierra bella cual ninguna,
cual ninguna hospitalaria,
para el alma solitaria,
para el yermo corazón.
Vivir lejos ya no puedo
de tus mágicas riberas,
Manabí de mis quimeras,
Manabí de mi ilusión.

Elías Cedeño
rocafortense, 1910-1971