Era tan rubia y tan buena...
Y quizá por eso quiso
Dios a su lado tenerla.
Era la tarde soleada
de un día de primavera
en la Granada andaluza
del Albaicín y sus cuevas,
de la Alhambra y García Lorca,
de rosas y panderetas,
y en medio de tantas flores
y tanto son y aves bellas,
nadie hubiera presentido
que se advertía una tragedia.
Salió Concepción Fernández,
capullo de Macarena*,
esperanza de sus padres
y alegría de ,,La cueva''**
a pasear por los caminos
montada en su bicicleta....
¡Cómo ríe, canta y ríe..!
Pedalea, pedalea
tan dichosa que se olvida
de observar mayor prudencia.
El Destino ya había puesto
en movimiento su Rueda
decretando la desgracia
que se avecinaba, negra,
y hace a un coche ejecutorio
de la terrible sentencia.
¡Ay, tarde andaluza de oro,
cómo te enlutas, siniestra"
Se oye el quejido de un freno
y un grito que al alma llega;
el endeble cuerpecito
contra el camino se quiebra
mientras el coche hacia un lado
del camino se voltea.
¡Pobre Concepción Fernández!
¡Era tan rubia y tan buena..!
Ahora yace hecha un despojo
tendida en la carretera
y la vida se le escapa
de una herida en la cabeza
¡Concepción..! Tus rizos rubios
de tibia sangre se llenan!
Los dedos de sus manitas
crispados, casi se entierran
en el duro pavimento
como si el alma quisiera,
reacia a volar hacia el cielo,
aferrarse así a la tierra.
Viene un médico, a la niña
hacia el hospital se lleva;
el mandato del Destino
la Ciencia apelar intenta...
mas inútil el cuidado
y el desvelo son, que estas
sentencias del Ser supremo
no se cambian en la tierra.
¡Adiós, Concepción Fernández!
Te extrañará Macarena,
te recordarán las flores,
te llorarán en ,,La Cueva'',
y cada doce de mayo
habrá dolor en dos tierras:
en tu Granda de rosas
y en mi Guayaquil de estrellas...
¡Feliz Concepción Fernández!
Era tan rubia y tan buena...
¡y ahora entre los ángeles
Dios a su lado la sienta!
*Macarena: Suburbio de Granda
**,,La Cueva'' establecimiento de la localidad.
Granada, 15 de mayo de 1959
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010