Paisaje de leyenda

Muriente sol, en el ocaso inclina
la rubia testa bajo soles de oro
recogiendo el lumínico tesoro
que a la estrellada noche se avecina.

La Tarde ya sus púrpuras declina…
Entona el himno el piélago sonoro,
a cuya margen, sílfides en coro,
lucen su blanca desnudez divina.

De la onda surge con amarga pena
el suspiro de amor de una sirena,
que roba, grácil, viento vespertino:

Y al murmullo fugaz de las canciones
de su rosado caracol marino,
danzan en las arenas los Tritones.

Guayaquil, 1914

Medardo Ángel Silva
guayaquileño; 8 de junio de 1898 - 10 junio de 1919