Al año viejo

No eres vana abstracción: se me figura
que te he visto nacer y que te veo
sobre las aguas del mortal Leteo,
rumbo hacia el golfo de la nada obscura.

Del negro río en la desierta anchura
rigues tu barca de enlutado arreo,
al pálido lloroso centelleo
de los faros eternos de la altura.

Viejo, desnudo, descarnado, triste,
asido al rezo del timón, te encorvas,
fatal viajero de las sombras frías.

Y, tronchadas las alas que trajiste,
llevas, rendido, en tus espaldas corvas,
los crímenes horrendos de tus días...

César Borja
guayaquileño; 1951-1910