Testamento de 2023

Soneto encontrado en el teléfono de Norero

Se prohíbe morir con dignidad
a este el más indigno de los años;
se va porque no puede hacer más daño,
porque ya no le queda qué dañar.
Que implote como rico en el Titán
y nos vacune de tanta vacuna;
que muera el año con vergüenza y culpa,
o que pase de visita a Durán.
Que se esconda en la boina de Boscán,
y que se hunda, como se hundió Acuamán;
que caiga su Nokia con la fiscal
y lo guarden junto a Wilman Terán.
Y que año nuevo sea muy valiente
si acaso de venir no se arrepiente.

Jorge Luis Pérez Amijos
guayaquileño; 1987-

En las exequias de don Carlos Valdivieso Crespo

Siendo viento,
siendo vida,
siendo soplo,
siendo bocanada,
siendo aire,
sencillamente exhalaste.

Siendo música,
siendo vida,
siendo bolero,
siendo timbal,
siendo clave genio,
sencillamente hay silencio.

Siendo ron,
siendo vida,
siendo risa,
siendo son,
siendo todo,
sencillamente todo.

Siendo hijo,
siendo hermano,
siendo padrino,
siendo tío,
siendo padre,
sencillamente padre.
siendo fuiste,
y fuiste lo que quisiste,
lo que te dio la gana de ser,
fuiste incluso humo,
incluso fuego,
incluso ceniza,
incluso tabaco,
fuiste todo,
menos aquel maldito visitante,
que tocó tu puerta,
y tu espalda,
y luego, todo tu cuerpo,
pensando que te derribaría,
pensando que en cualquier momento
sencillamente te llevaría.

Iluso visitante aquel.

Decidiste pelear,
como se pelea en la calle,
a mano limpia,
con la cara alzada,
con total talante.

Ni siquiera pudo arrancarte las canas,
ni tu ceño fruncido,
ni las pecas de tus manos,
es que prácticamente no te hizo nada.
peleaste como siempre peleaste,
con tu voz firme,
con tu mirada impecable,
con tu comentario discreto,
y cuando necesario,
punzante,
peleaste,
con tus dos apellidos por delante,
y la imagen de aquel niño que te dice abuelo,
al que de alguna forma,
de alguna manera,
tienes que decirme cómo explicarle,
cómo explicarte,
cómo seguirte,
cómo,
por favor, dime un último cómo.

Pero volvamos,
volvamos una última vez,
sólo por esta vez,
a lo que fuiste siendo,
a lo que siendo fuiste,
a lo hondo que calaste,
en la existencia de todos:
todos los que sencillamente amaste.

Y los que no también,
derrapaste cuanta virtuosidad existía,
más bravo que una epopeya,
más valiente que el mismo héctor,
que sabiéndose mortal,
no dudó en insultar lo inmortal,
más generoso que cualquiera,
y es que hasta tu propio cuerpo,
tu propia vida entregaste,
siempre por delante un gesto,
siempre antecediéndote un detalle.

Derrapaste la genialidad,
que hoy contigo muere,
y se cuelga en algún racimo,
en algún clavel gestante.

No existió en el mundo,
ser que te busque,
que no haya encontrado
en ti,
todo aquello que necesitase.

Siendo hora,
siendo cronómetro,
siendo segundero,
siendo esfera,
siendo perilla y tiempo,
sencillamente silencio.

Siendo fuiste,
y fuiste verso,
fuiste comparsa,
fuiste zamba,
fuiste o eres,
para mí eres eterno.

Siendo siempre piano,
siendo cuerdas,
siendo pedales,
siendo teclado,
dime por favor cómo te acompaño,
así sea con esta voz,
así sea cantando.

Siendo eres.

Eres mi mejor poema,
mi rapsoda,
mi confidente,
mi hermano.
eres crepúsculo,
eres sueño,
eres viento,
música y ron,
eres lo que quisiste,
incluso hasta inmolarte.

Eres este intento de versos,
menos este cretino desaire.

Eres rapsoda,
incluso siendo huérfano de hijo,
te hiciste padre,
nuestro padre,
mi único y eterno padre.

César Poveda
guayaquileño; 1987

Si yo tuviera alas

Quisiera que al abrir mis ojos alguna madrugada
mire por las celosías de los amplios ventanales
mariposas de colores en el alféizar posadas
y a los pajaritos aterrizar entre las ramas,
ocultándose en la penumbra de aquel verde follaje
de los tibios rayos del sol que alumbran el paisaje;
luego beberé el rocío de la fría alborada
que parecen lágrimas tristes que en las flores tiemblan
con el sutil aroma que emana la tierra mojada
penetrando en mis sensibles vísceras internas
para descubrir intimidades de vivencias secretas;
estas imágenes trastocarán profundos nervios
para anhelar volar si no tuviera las alas rotas
y una tarde partir sufrido sin un rumbo cierto,
o de Norte a Sur volando como hacen las gaviotas
huyendo del frío cuando llega el gélido invierno;
guardaré bajo las alas mi equipaje de versos
suturándose mis llagas cuando les roce el viento,
suplicando que el tiempo no se lleve mis recuerdos;
entonces volaré con rencor a la cruel inequidad
y a la corrupción lacerante que nutre el desencanto,
en un delta formado de palomas blancas de la paz
un triángulo plateado de amor, justicia y verdad,
para surcar horizontes flameando estas banderas
como emblemas portadores del amor y libertad
que atraviesen mares, ríos, valles y agrestes campos
impulsado por turbinas del viento Huracanado
que produce la rebelde indignación macerada
en crisol añejo y bíblico de la desigualdad;
también a los emigrantes llevaría entre mis alas
por el aire sin fronteras a su patria de regreso,
pesadillas son sus noches y en el día son batallas,
les sacaré de este infierno con pasaporte al cielo;
este ensueño tengo al despertar por las mañanas,
será febril utopía o estoy loco de remate,
es un ambicioso anhelo recurrente que me invade
¡Oh Dios tantas cosas haría!… «Si yo tuviera Alas».

José Villacreces Vinueza
riobambeño; 1940-

De https://proecuadorliterario.blogspot.com/2021/03/jose-luis-villacreses-su-poesia-vital.html

Quisiera ser panal

Hoy entendí por qué no soy feliz
y aprendí a morir estando en vida.
Comprendí que Dios cometió el desliz,
de amamantarme con melancolía.

Del que sufre son míos los pesares,
porque nací marcado con la estrella,
que el Creador pone en el rostro a veces,
de los hombres con el rictus de la pena.

Siento un dolor profundo y espantoso
que carcome mis entrañas lentamente,
como a Jesús su sino doloroso.

Quisiera ser panal de la ternura,
con sonrisas de miel para la gente,
que extinga mi estigma de amargura.

José Villacreces Vinueza
riobambeño; 1940-

De https://proecuadorliterario.blogspot.com/2021/03/jose-luis-villacreses-su-poesia-vital.html