Amor de las abejas

Amor de las abejas, simple, sencillo, claro;
un cáliz un minuto y otro cáliz después.
La vida es tan pequeña y el amor es errante.
La nueva flor, mañana no existirá tal vez.

A veces la alegría de una rosa en el aura
es quizá el beso mustio sobre el atardecer.
Las de cada mañana nunca somos los mismos.
Una rosa y un viento juegan en nuestro ser.

Si algún recuerdo triste, cual lágrimas de niño,
tiembla entre las nostalgias y se deja caer,
la vida es tan pequeña y hay que ser siempre niños
y es tan niño, tan niño, quien se deja querer…

Alfonso Barrera Valverde
amabateño; 1929-2013