Cada día que pasa

Cada día que pasa para mí es de ventura
porque voy acercándome a la meta ideal:
me aproximo al instante de arrojar la envoltura
inútil, terrenal…

Cada día que pasa mi visión es más pura…
y se aviva mi vieja sed de lo inmaterial
y percibo más clara la infinita dulzura
de la voz Paternal…

Por eso cada día que pasa es de alegría
porque voy acercándome a la sabiduría
cual se acerca el cordero al pastor.

¡Quien pudiera lograr que el tiempo acelerara
y en el Puerto Celeste mi barca hoy mismo aclara
para estar ya besando las plantas del Señor!

Pedro Enrique Ribadeneira
guayaquileño