A María, Gloria, y Euvenia Febres-Cordero Vélez
Desde niño tu Nombre conocía.
En el hogar, presencia cual de Templo.
En el Colegio, para todo Ejemplo.
Tu Nombre era conmigo y me crecía.
Al principio quizá no comprendía.
Hoy que ti imagen con fervor contemplo
dentro de mí la Fe acreciento y templo
para ponerla ante tu Planta pía.
Ah, mi hermano Migue, el Dulce Hermano
en quien tantos la Voz de Dios oyeron,
tiéndenos hoy igual que ayer la Mano
y así quienes por débiles cayeron,
vayan unidos en Amor Cristiano
tras de tus Pasos que hacia Dios ya fueron.
Septiembre de 1984
Francisco Pérez Febres-Cordero
1934 - 2010; guayaquileño