Nuestra vida está llena
de gente que en alguna vez u otra
y por varios millares de razones,
llamamos ,,los amigos''.
Ayer, multiplicaba.
Hoy, substraigo y recorto.
Amigos...
Palabra nada más.
Uno comienza a preguntarse un día
quién haría por mí esto o aquello
y entonces vea que le sobran dedos.
Pero en verdad más vale preguntarse
(y responder con a misma ingenuidad
de un niño que prefiere
un bombón a la sopa de legumbres):
¿haría yo por él esto o aquello?
Y cuando haya solamente
respuestas positivas,
ése será su amigo.
Febrero de 1970
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010