¡Dos rosas nuevas tiene mi rosal!
Brotaron, cada una más hermosa,
i en mi tarde otoñal hay luminosa
presencia de alegría matinal.
¡Ah, gracia, a no dudarlo, celestial
ver a mi estirpe florecer airosa!
I mirar como aumenta generosa
la línea de mi origen paternal.
I en este tronco al que el Amor da vida
aunque comiencen a asomarle grietas,
se esculpe una actitud agradecida
i visión de las dichas más completas:
de mi esposa la mano bendecida,
rodeado de mis hijos, nietos, nietas.
Mayo de 1996
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010