El verso es libre

Nuestro verso nace libre
¡déjenlo! por los montes vagar,
nuestro verso no es de naidien
si no; del que los quiera cantar.

Soy la mata del amorfino
a cada rato florece,
pa’ que recoja er indigno
lo que mi pecho le ofrece.

Mi verso montubio crece
cual sembradío mañanero,
nuevo fruto aparece
aunque le falte aguacero.

Traigo er verso romancero
de adentro de la sabana,
reposado en mi guargüero
pa’ trinar una semana.

En la noche campirana
me acompaña una estrella,
er poeta se engalana
cantándole a su doncella.

Hago el verso a mi manera
lo aspergeo sin temor,
pa’ cuando er día que muera
lo recoja el compilador.

Gabriel Paredes
guayaquileño; 1962-