Madrigal

Dios me hizo, niña mía, algo divino.
¿Quieres que te revele una secreta
sentencia que yo sé de tu destino?
Pues sabe que a un poeta
entregarás tu corazón amante.
¿Quieres que te diga más…? La poesía
es mi tesoro y yo… Pero es bastante
lo dicho a que me entiendas, niña mía…

Juan León Mera
ambateño; 1832-1894