Mi destino es amarte

Mi destino es amarte y no pudiera
existir sin tu amor, amada mía;
si el fuego que me inflama se extinguiera,
consumido de tedio moriría.

Era mi vida noche tenebrosa,
vagaba solitario en el desierto
sin hallar una mano que piadosa
me condujese de la dicha al puerto.

Pero tú, cual astro, apareciste
alumbrando mi ruta de improviso;
desde entonces, mujer, ya no estoy triste
y me parece el mundo un paraíso.

Y sólo ansío con vehemencia loca,
de mi sediento amor en los excesos,
apurar los incendios de tu boca
y embriagarme de lágrimas y besos.

Carlos León