Versos que no escribo todavía

Las cuerdas de mi métrica se aflojan
por el peso que lleva tu belleza;
es tanto que mi pluma se tropieza
y los vanos intentos me acongojan. 

Las ramas de mis versos se deshoja
y al aire van tu angustia y tu tristeza.
En ti quedan tu gracia, tu agudeza,
y las locuras que a ratos se te antojan. 

Cuando tú abres los ojos ¡quién creyera!,
huye la noche y amanece el día
y el invierno se torna primavera. 

¡Ah!, tantas cosas te diría,
para expresarte lo que yo quisiera
en versos que no escribo todavía. 

Henry Kronfle
guayaquileño; 1932-2010