El amor es amarte, solamente.
i es tan fácil amarte, Cielo mío...
Esto lo descubrí desde el instante
que te encontré en mi ruta. ¡Cuán vacío
antes de ti mi corazón estaba
i cuán lleno de inútil desvarío!
I cuando menos, menos lo pensaba,
en una playa de un país lejano
llegaste con la luz que tanto ansiaba:
era yo un ciego i encontré tu mano
para guiarme; luz es tu ternura
que todo me lo hace más liviano,
que en tu mirada entrega más dulzura,
que en tu voz acaricia tiernamente,
que en tu caricia, en fin, el mal depura:
¡i que en cualquier momento, velozmente,
va del amor más suave al más ardiente!
17 de julio de 1987
Francisco E. Pérez Febres-Cordero
1934-2010