Las calles, amarillas

A Lea y Birte

Todas las calles pintadas amarillas
los pájaros vuelan con la panza al cielo,
los árboles se trepan en las rendijas
i los parques se desbordan por el suelo.

Todos los hombres descansan en la hierba,
los niños bailan sus cometas al viento,
el león duerme tumbado al sol la siesta,
despacio beben del lago los corderos.

El salmón vuela con la brisa en las velas
atraviesa nubes rosas con sus alas;
en la cúspide del techo de la tierra
toma la miel i desprecia a la manzana.

Sólo tiembla la oscura sombra nocturna
—ahogada al cuello de luna llena—
es invierno, la nieve abriga la cuna
en la que duerme la flor de primavera.

2008

Jorge Luis Pérez
guayaquileño; 1987