Lila, gorrión que por los dedos canta
y como el cóndor se alza en alto vuelo
i descubre detrás de todo velo
almas que pinta con pincel que encanta.
Frágil mujer que amando se agiganta
i ama sin tregua cual si fuese el Cielo
i en ese mar que es ímpetu desvelo
quema i renueva su aptitud de santa.
Portavoz del que no tiene palabra.
Cronista de la vida cotidiana
(cofre que espera que alguien llegue i lo abra)
Lila maestra angelical i hermana.
Lila que en nuestras vidas pule i labra
con el amor de ayer, el de mañana.
Francisco E. Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934-2010