La envidia te personifica,
verde vida bastarda i virada.
Hembra que engendras hambre i grasa;
envenenas, gastada, la vida.
Evítanos vientos de veranos,
sé lámpara de una luz marchita.
Pasadas penas ve i achica;
embriágate los bríos pasados.
Lumbre verdosa i desgastada,
inválido puerto sí perdido,
cenizas de flor con hiel, quemadas.
Viejo puente, esclavo caído;
valiente ilusión extraviada,
verano olvidado i marchito.
Jorge Luis Pérez
guayaquileño; 1987