Tres pinceladas

Primera

Qué triste debe ser
morirse sin un amigo.
Pero es más triste asistir
en cortejo a despedirlos.

Segunda

Hacía ya mucho tiempo
que no oía tantas aves
cantar al amanecer
desde los frondosos árboles.

Tercera

Verdes árboles frondosos
verdes árboles pequeños
verdes arbustos que juegan
meciéndose con el viento;
ambos lados del camino
saludan, verdesonriendo.

Spilimbergo, Italia, 13 y 14 de julio de 1990

Francisco E. Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934-2010