De repente

De repente, la vida te golpea.
Te da de puñetazos en la cara,
de palos en la espalda,
de patadas en ambas espinillas
i de yapa te tira en un barranco.
La verdad se hace cargo
de transmitir completo el golpe aleve,
el golpe bajo, el golpe indescriptible,
el del dolor que duele más, pues viene
de donde menos lo esperabas,
desde la gran Mentira,
del Lobo que vistió qué bien de Oveja,
del que para engañarte
te dio caramelitos que no pueden
disipar esta amarga hiel postrera.

I Nada. No te queda
remedio más que recogerte todo,
buscarte
desperdigado entre pedruzcos negros,
parcharte un poco,
sonreír a lo tonto,
masticar tu despecho
i tragarlo despacio
porque ya no te resta
ni el zoquete consuelo
del perdón
porque quien te hizo flecos ya ni existe.

Vuelo Quito - Cartagena, 21 de agosto de 1990

Francisco E. Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934-2010