Para que no te pudiera
conocer plenamente
te resbalaste
en maroma alocada
a lo largo del cerro.
Sólo tu catedral
en campanadas me extendió su mano
i entre tu gente oré
i con ella recrucé
sobre el marchito parque.
Aunque insistí en buscarte
me perdí en laberintos
de callejas truncadas
i planos inclinados
i escapé finalmente
como lo había hecho la mañana
tornada en mediodía calcinante.
Machay, 7 de octubre de 1990
Francisco E. Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010