Laura María abrió sus alas.
Aunque la crié para volar
siento pena de contemplarla
mientras asciende más y más-
Ya la niña que ayer lloraba
por más de un motivo trivial
llega al fin de su adolescencia
y quiere sola el vuelo alzar.
Primogénita y consentida...
es tan difícil aceptar
que han pasado dieciocho años
y que te me vas, te me vas...
Yo fui el romántico tonto
que un día por tí quiso llorar;
pasó el motivo de ese llanto.
Mas, siento uno nuevo llegar.
Algún día, cuando seas madre,
amada hija, entenderás.
Hoy, vuela, vuela; que te llama
la infinita ansia de volar:
i mientras triste te contemplo
quisiera poderte entregar
la experiencia que he recogido
cuarenta y seis años y más.
25 de marzo de 1981
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934-2010