A Carmen Acevedo Vega
En frente de esta ventana
por donde miro
hay un pequeños parque
lleno de niños.
Juegan, ríen y trepan...
¡cuánta alegría
han puesto en esta tarde
de Andalucía!
Mirando sobre el parque
estoy pecando:
porque envidio a los niños
que están jugando
tan libres y tan sanos,
niños tan niños;
la esperanza del mundo;
futuro vivo.
Démosle a los niños
amor y paz;
cuidemos de este mundo
que heredará.
Recordemos la frase
de Jesucristo:
hagámonos como ellos,
con El nos dijo.
Amemos la simpleza
de nuestros hijos;
ellos son lo más puro
que producimos
y no es justo que luego
contaminemos
el ambiente y las almas
que aquí traemos.
¡Ah, si en el mundo entero
todos dijeran:
paz y amor, por los niños;
basta de guerras!
Sevilla, 19 de marzo de 1982
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010