deja todas sus aguas escanciadas.
Soy desierto de arenas calcinadas
donde tu invierno tórnase en estío.
Viérteme siete mares: yo, vacío
veré mi pozo. No serán saciadas
nunca jamás estas ilimitadas
honduras. ¡Anda, que te desafío!
Te amo con más amor. I ni yo mismo
alcanzo a vislumbrar cuánto te quiero.
Todo tu cosmos no cabrá en mi abismo.
I si a veces te asombro, asusto o hiero,
intenta comprender el cataclismo
de esta pasión que me devora entero.
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010