En un olmo Vandalio escribió un día,
do la corteza estaba menos dura,
el nombre y la ocasión de su tristura;
después, mirando al cielo, así decía:
,,Tanto crezcas, ¡oh bella planta mía!,
que al más alto ciprés venzas de altura,
y tanta sea mayor tu hermosura
cuanta aquella de Dórida sería.
Crezcan a par del olmo en su grandeza
las letras del amado y dulce nombre,
y en él hagan perpetua su memoria;
porque los que vendrán sepan que un hombre
levantó el pensamiento a tanta alteza
que es digno al menos de inmortal renombre.''
Gutierre de Cetina
Sevilla; 1520 - 1557
En un olmo Vandalio escribió un día
agredió un leñador con gran premura;
y el árbol que buscó feliz altura
en leña convertido se veía.
Y el rudo leñador asó decía:
,,bien es que haya pasado en estatura
este árbol a los otros... ¡qué hermosura
de leños puede hacer el hacha mía!''
Y cortando siguió con entereza
sin ver que hendía con el hacha un nombre
que se hallaba grabado en la corteza...
Y así los que vendrán sepan que un hombre
si un árbol usa no tendrá certeza
que a lo grabado dio inmortalidad renombre....
Manta, noviembre, 1962
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010