Ángel pequeño que el Señor envía
para ver si me queda más ternura;
¡i probaré a través de esta criatura
que mucho amor me queda todavía!
Mi amor de abuelo se reafirma hoy día
(i se duplica en mi alma la dulzura).
I es que, tras de ser padre, la más pura
felicidad es ésta, al fin ya mía.
Cierro un círculo así, gracias al Cielo:
ya fui nieto i fui hijo; i poseo
la dicho de ser padres i ser abuelo.
Como me vi en mis hijos, hoy me veo
renacido en mis nietos. ¡I un revuelo
de muchos más ha mi alrededor deseo!
1995
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010