--inmensas penas que la gente ignora
pues no siempre con lágrimas se llora
ni siempre brota sangre de la herida--
voy perdiendo la fe, tan defendida
la caridad, que la traición devora
y la esperanza de que ya la aurora
llegue en que vea mi ansiedad cumplida.
Y así sumido más y más me veo
en una ya normal melancolía
--mal que curan las aguas de Letheo--
e ignoro aún si la existencia mía
es solamente un sueño en el paseo
final en que Caronte es remo y guía.
Mayo de 1967
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010
guayaquileño; 1934 - 2010