Yo no puedo quererte, porque tu amor es frío,
calculado, mecánico, impávido, y cobarde;
tu amor casi es forzado; natural es el mío;
eres brasa que muere y yo, hoguera que arde.
Jamás me has sorprendido con un beso espontáneo
o una caricia súbita que no hubieres planeado;
decir "¡te amo!" no ha sido nunca un grito instantáneo
que al tenerme en tus brazos pudiste haber lanzado.
Siempre tuviste miedo de mirar al futuro
pensando que verías nuestro cariño muerto;
el amor verdadero es, de esperanzas, duro
a lo extraño e ignoto, nunca teme a lo incierto.
Y no puedo engañarte. no deseo quererte
porque tu amor es tímido, calculado y complejo.
El cariño espontáneo es el único fuerte:
un amor como el tuyo pronto se torna viejo.
Septiembre de 1959
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010