Soy casi como el mar. En la marea
más alta me desbordo y con gran celo
me lanzo a batallar, con anhelo
que virtud y bondad triunfantes vea.
Luego, en la bajamar, ¡sea lo que sea!
Me abisman el despecho y desconsuelo
al ver tanta desidia en este suelo,
donde más la maldad se enseñorea.
Mas, el flujo y reflujo permanente
del mar y el mío, tienen diferencia:
ciego el de aquel; el mío, por la mente
controlado y con la fuerza en la conciencia.
¡Pero esa fuerza siento de repente
vaciar ante tanta inconsecuencia!
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010
guayaquileño; 1934 - 2010