Alguien mató mi amor...

Alguien en mí mató el amor de un día...
Hoy quiero amar a quien su amor me ofrece
mas la ilusión primera nunca crece
y pronto el corazón se hastía.

Y miro con envidia la alegría
del corazón en quien sólo florece
un amor que ni muere ni envejece
y quisiera esa dicha hacer la mía...

En la vida no bastan los placeres
de alguna que otra efímera aventura
con inconstantes, frívolas mujeres...

Un alma necesita la ternura
eterna y fiel que sólo dan los seres
a quien eterno y fiel amor les jura.

Enero de 1958

Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010