Si no estuviera así, de ti tan ciego;
si mi ansiedad de verte ya cumpliera;
si en la retina al fin te descubriera,
sí se llenara mi alma de sosiego.
Si jugar me dejaras con tu fuego;
si tu sonrisa me favoreciera;
si para mí tan sólo te tuviera,
sí tuviera a la vida más apego.
Si uno fuera el camino que lleváramos,
si una no más la suerte que corriéramos,
si en una sola voz nos conjugáramos,
sí un norte en la vida ya tuviéramos,
sí un oasis en este yermo halláramos,
sí al sol en la noche nuestra viéramos.
10 de septiembre de 1964
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010