Con tus oscuros y brillantes ojos
–paradoja que tú haces realidad–
me doblegas a todos tus antojos
–mujer al fin, aunque de tierna edad.
¿Cómo negarte caramelos rojos
si inunda tu carita la ansiedad?
¿Cómo retarte, cuando a mis enojos
pides con la mirada lenidad?
Ya el maternal instinto manifiestas
si a tus muñecas con cariño acuestas
o a tu hermanito quieres arrullar.
Y si un mal geniecillo te trastorna
muy pronto escapa, y otra vez retorna
la luz de tus pupilas a brillar.
–paradoja que tú haces realidad–
me doblegas a todos tus antojos
–mujer al fin, aunque de tierna edad.
¿Cómo negarte caramelos rojos
si inunda tu carita la ansiedad?
¿Cómo retarte, cuando a mis enojos
pides con la mirada lenidad?
Ya el maternal instinto manifiestas
si a tus muñecas con cariño acuestas
o a tu hermanito quieres arrullar.
Y si un mal geniecillo te trastorna
muy pronto escapa, y otra vez retorna
la luz de tus pupilas a brillar.
1964
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010
guayaquileño; 1934 - 2010