Keila Alieska: ¡No sé qué tiene…
ese hermoso rostro tuyo
que, me esclaviza de suyo…
y subyugado me mantiene!
Mi mente y soma lo retiene,
y al analizarlo intuyo,
¡no!, sin el ufano orgullo,
del que persistente obtiene…
Lo que consciente, sabe quiere;
y, consagrado a él, consigue
prolongar su vida: ¡o muere!
Deseo, conmigo… Te prodigues;
mi ser, con amor, te requiere:
¡tú, en mis sueños, me persigues!
Durán, 5 de junio de 207
Miguel Ortega Calderón
guayaquileño; 1943