Para ti, ¡con tremenda berraquera para sacarnos la arrechera!
Prefacio:
Este romance, ¡primero!… ¿habrán más?
es para exponer motivos
que por tus torpes manejos
a todos nos tiene jodidos.
Romance:
Para este primer «pasquín»
¡tu has dado el motivo
por tu agiotismo protervo!
Sabelotodo, todólogo.
Muy vivo te crees, pendejo;
te tenemos en la mira,
regionalista quiteño.
Hoy, para desgracia nuestra,
el area administrativa
regentas, «sapo de Grecia»
en forma muy negativa;
tu renuncia a pagar
sueldos con puntualidad
suiza se debe, chulquero,
¡a tu vil voracidad!
Pues, en Quito y Guayaquil,
el agiotismo practicas
con la «bola» de dinero
que cada mes nos confiscas.
Por días y semanas, ¡buitre!
a empleados y doctores
sin que te importe un carajo
angustias y sinsabores
de los que aquí producen
para que te paguen ¡zángano!
por tu labor de exacción
¡al pobre hombre trabajador!
Si por el verbo «quitar»
piensas que estás «ungido»
para «medrar», además,
centralista interandino;
«quitando» al guayaquileño
la paz y tranquilidad…
al retrasar sus salarios:
¡obtenidos con lealtad!
¡Para cubrir, inmediatas
necesidades vitales
que, en forma general,
demandan sus familiares.
Que eres corrupto, sabemos;
como alfombra, perruño;
y terminaste sin cerdas
en el banco Centro Mundo.
Como acaban los cepillos,
¡por tu trajinar inmundo!
Te sientes muy salsa, por
vivir en la mitad del mundo.
Y, para un papel higiénico
tienen que llamarte a Quito;
imbécil, las verdaderas
empresas, a ese objetivo
destina una caja chica.
Pagas cuando te da la gana…
Con esas facturas «guachis»
con que al IESS estafan.
¡No nos vamos a callar!
Sigue en tus turbios manejos…
Y, a la subdirección
del trabajo: ¡vulgar negrero!
¡Iremos a denunciarte;
como a la Superintendencia
de Compañías; u… olvidarás
que autorizaron: podían
sólo con un call-center
funcionar. Vas a joder
a la empresa, animal,
por tu voraz avidez.
Desde aquí vamos a patearte
el trasero, y treparte
la mierda al cerebro– ¿lo tienes?
para ver si te humanas:
¡encomendero… pendejo!
Febrero de 2006
Fuenteovejuna; quizás Miguel Ortega Calderón