Si usted quiere disfrutar
de cangrejadas sabrosas:
¡con salsa gourmet, gloriosas,
las tendrá que sazonar!
Tendrás que oír los consejos
de un gourmet muy estricto.
¡Si no, vendrás muy contrito
por no escuchar a este viejo!
Que, aunque parezca pendejo…
hace las mezclas correctas,
para lograr la receta
de un banquete de lujo.
Que, a pordiosero o rey…
les sabrán siempre a delicias…
¡buena sazón… muchas albricias:
cosechará… Jennifer!
Las porciones las pondrás
a tu sabio parecer:
sabrás tendrás que aprender.
¡Que a mayor cantidad,
de todo habrás… poner más!
Color, sabor y olores,
mezcla el instinto, señores:
¡el chef dosificará!
Siempre podrá aliñarlo
a su gusto y antojo;
pues nunca falta un canejo
que crea todo merecerlo.
Lo parará así, de plano;
se hartará a su antojo;
¡y a ningún agasajo…
vendrá, jamás, ese plomo!
Y si eres masoquista…
podrás de nuevo invitarlo,
y así tendrás que escucharlo,
¡como hace mamita!
Pimientos: verde, amarillos,
y rojos, hacen efecto
tricolor. ¡Queda perfecto!…
¡motivando gran barullo!
Mas, el encendido rojo
del tomate morrón
con el jugo de limón:
¡al paladar causa antojos!
Jengibre y ajo licuado o
machucado… ¡a tal fin
le agregamos perejil
y mostaza, con cuidado!
Una pizca de pimienta,
poco ají jalapeño:
mexicano o peruano
que a paladear lo incita.
Para lograr la sazón
en su punto más preciso;
debo ponerte en aviso:
¡con el aceite y limón
tendrás que tener buen
tino!, puesto que el paladar
gusto tiene, muy especial…
¡si el comensal es ñoño!
Y si te arriesgas: hombre
o mujer, ponle una pinta
de salsa china; copitas
sabrosas, de buen vinagre;
unas pizcas de sal de ajo
con ramitas de culantro;
luego te sabrá adentro
¡a un manjar del carajo!
Miguel Ortega Calderón
guayaquileño; 1943