Cual lucero descendido del cielo
llegaste, en octubre, a estos linderos:
«de entre tantos planetas… prefiero
¡vayas a la tierra!», dijo con celo
el augusto creador, pues tenía recelos
que un ángel tan bello, en otros senderos,
dispensara primorosos pucheros:
¡Y ni en fotos, los viera tu abuelo!
Tu gestualidad, cual calidoscopio
multiplica la expresión de tu rostro,
y como si fuera un cinescopio
de tu imagen disfrutamos nosotros.
«Niña astral», referente o principio
de un nuevo universo: ¡entre vosotros!
31 de agosto de 2006
Miguel Ortega Calderón
guayaquileño; 1943