Arroz viejo

Arroz viejo: ¡rendidor!
Hombre de edad avanzada
cuya mente alborotada…
¡dinero trueca en pasión!

Por miradas de esplendor
y frases almibaradas…
Caiditas de ojos dadas
con insinuante atracción;

caricias inconfesables
y descarriada ilusión…
al pobre hombre la emoción
lo vuelve irrazonable.

Cae:
¡Papaya da, redondito;
de yapa lo da todito!
Luego
Cual pepa de guaba limpia,
lo dejan chiro y solito…

Y, como en el canto de la calandria:
«A usted no lo conozco»;
¡su amor no he sido yo!
¿Está usted loco, señor?

Guayaquil, febrero de 2003

Miguel Ortega Calderón
guayaquileño; 1943