Rosario Sansores Prén, a ti,
la ilustre poetisa mexicana
sin poses; con humildad soberana…
y modosa apostura: ¡aquí!
Al ser galardonada, en Guayaquil;
Ciudad de la ría y el estero, Reina;
reverenciáronse ambas: ¡muy humanas
con donaire, bonhomía y pedigrí!
Hoy, cuarenta y cinco años después;
la estela de su presencia y paso;
cual perenne cometa, su impronta es:
referente de lo que debe ser
un emblema, un ícono sin ocaso:
¡en el cielo yucateco y el parnaso!
Miguel Ortega Calderón
guayaquileño; 1943