En marzo te conocí
la fecha no la recuerdo…
un año, casi, ha pasado,
y aunque me hube equivocado
¡te tengo presente, aquí!
Traumado e insensible…
mi corazón destrozado:
tres veces se ha negado:
¡lo nuestro es imposible…
no quiero seas el cuarto:
«por mi temor, defraudado»
dijiste, muy consternada
Por ti, yo me derretí…
Y cuando lo comprendí
la emoción fue congelada
¡no eras tú para mí!
Miguel Ortega Calderón
guayaquileño; 1943