Amorfinos del monte

No sé qué tiene mi monte
de él; yo vivo cautivo,
lo transito, lo trabajo
como todo campesino.

Agarro filoso machete
y voy abriendo camino,
descuajando la montaña
pa’ preparar el sembrío.

Llegando er día preciso
aspergeamos la semilla,
en este gentil paraíso
nuestra esperanza germina.

Brota der suelo el plantío
regado por los aguaceros,
muestra el sol su poderío
abrazando los terrenos.

Gran abundancia tenemos
en cada ciclo cumplido,
pasamos los días contentos
viendo er monte florecido.

Mi monte es prodigioso
gran verdor lo engalana,
plazarte, bejuco, bototo
y miles plantas nos regala.

Sabrosas y dulces papayas
zapotes, guaijíes, caimitos,
pomarrosas, anchas guabas
lima, limón y tamarindo.

Sembrando las tierras bajas
en los extensos pozales,
por la cuenca der Guayas
amarillean los arrozales.

Sobre inmensos tendales
la gramínea es colocada,
virando y virando el grano
por los soles es secada.

Plátano, café, cacao
lo que se siembra emana,
en este mi monte sagrado
tanta abundancia no acaba.

Gabriel Paredes
guayaquileño; 1962-