Amorfinos del río

Por onde pasa un río
nunca habrá tierra mala,
generoso con er plantío
abundante vida regala.

Por su corrientosa entraña
va nadando en Boca Chico,
guanchiche, chane o dama
raspabalsa, barbudo y bío.

Atarrayando con er bajío
pesco: viejas coloradas,
guacucos, bagres de río
y unas guaijas de montaña.

Nuestro río no se amansa
nunca se deja dominar,
de verano callado pasa
en invierno ha de bramar.

Diciembre tiempo inicial
arrecian los aguaceros,
embravecido temporal
a mediados de febrero.

Inundados hasta el guargüero
entrando el mes de abril,
hay un refrán muy certero
«en abril aguas mil».

El río amigo gentil
se vuelve traicionero,
saliéndose de su redil
nos anega los terrenos.

No hay quien le ponga frenos
cual caballo desbocado,
la cosecha perderemos
se nos ahogará er ganado.

Si er río juera muchacho
lo metería en cintura,
con unos dos bejucasos
le quitaría su bravura.

Pero también trae frescura
cuando en él nos bañamos,
al campo le dan hermosura
aquellos ríos campiranos.

Gabriel Paredes
guayaquileño; 1962-