Una sombra vieja y dañina

Soñé con una sombra vieja y dañina,
soñé con el sufrimiento,
que causaste por tú acción,
y de haberte tenido en mi corazón;

Fuiste huésped,
por dos años en su interior,
con el objetivo de entender
¿Por qué te consideré mi amor?

Idolatrando tu porvenir,
amando tenerte junto a mí;
más un extraño eras
y fue tarde cuando realmente te conocí.

Y hoy soñé,
soñé que permanecías aun a mi vida,
pero para mi felicidad,
fue solo una pesadilla
de una sombra vieja y dañina.

María José López
machaleña; 1992