La religión que yo quiero

Tus caricias son rosario de mis rezos
acordonando noches de cofradía,
rogando tu desnudez por mis días,
al misterio guardado de tus besos.

Tu mirada es la letanía de mi alma
repetida por tu corazón desenfreno,
por la liturgia transcrita en tu espalda,
por tus dogmas nocturnos en destierro.

Tus pasos son los salmos de mis éxodos,
tu compañía: consagración de mi vida,
yo seré la encíclica que santifique tu sonrisa
y el amor comulgado en carboncillo cielo.

Tu presencia será apostolado de mis días
y mi bautizo, el costado de tu aliento,
seré vicario de tus altísonos secretos
mientras te adoro por mística guerrilla.

César Poveda
guayaquileño; 1987 -