Los ceibos

A Horacio Hidrovo Peñaherrera

Son seres superpoblados de ramas.
Deformes. Con parálisis
en todo el cuerpo.
Tienen el color
que les gusta
a los esquizofrénicos.
Están con los brazos cansados,
tal vez de tanto clamar al cielo.
Unos viven desnudos,
con las manos vacías
como la de los niños
que piden limosna.
Otros cuelga de los dedos
helechos de la noche.
Los miro y pienso
en la Talidomida
y la poliomilitis.
Me recuerdan las grandes jorobas,
los anémicos, las mujeres
grávidas.
Las raíces las tienen arriba,
en la cabeza despeinada.
Ellos son seres atormentados
y sin embargo
no piensan en el suicidio
y siguen esperando.

Jacinto Santos Verduga
bahieño; 1944-1967