Mi corazón es lóbrego santuario
en donde siempre silenciosa reza
su doliente y monótono rosario
una pálida virgen: mi tristeza.
Y un muerto yace ahí; nadie lo ha visto;
hace ya mucho tiempo que allí existe;
murió crucificando como Cristo
porque fue como Él, sincero y triste.
Murió porque en la fiebre de su anhelo
impasible y fatal se irguió el destino;
porque vio muchas sombras en el cielo
y no halló ni una sombra en el camino.
Hoy si un amor ante puertas llama
ya no hay quien le responda: está vacío.
Por eso el corazón del que no ama
semeja un templo abandonado y frío.
Guillermo Burbano
carchense; 1892-?