A Manuel y Lily Arenas
Hay una Voz secreta que se agita
en todos los sonidos que percibo:
en el trino del ave la recibo;
en la llovizna rítmica gravita;
en el inquieto océano palpita;
en infantiles llantos la revivo.
Hay una Voz secreta por quien vivo
atentos hasta a los Ecos que ella excita.
Es una voz que me habla a toda hora,
una Voz imperiosa e irrestricta
que no puedo eludir, dominadora
de los sonidos, ella, invicta
en mi oído y en mi alma, atronadora,
lo que en mis Versos dejo, ella me dicta.
Punta Carnero, 27 de julio de 1980
Francisco E. Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934-2010