Nuevamente la pena de dejarte
pone sombras en mi alma esta mañana
y ha cerrado su única ventana;
la que usas para en sol transfigurarte.
Nuevamente te quedas sin quedarte,
bendita compañera, fiel fontana
donde a raudales la ternura mana,
que ya te has convertido en mi otra parte.
Nuevamente mis versos van captando
ecos de los latidos que desecho
va el corazón amor-amor cantando;
y nuevamente, en fin, en mi provecho
la dura prueba el corazón pasando,
lo sentiré feliz dentro del pecho.
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934-2010