Es tanta la quietud
de este antiguo convento
que la asocio con la calma
que al lado tuyo encuentro,
esa maravillosa
paz que llenarme siento
cuando por tu mirada
en tu alma me sumerjo.
Quisiera andar los patios
de estos tranquilos predios
tomado de tu mano,
que me enseña el sendero
que la quietud más honda;
pero sólo tengo
tu recuerdo... y lo absorbo
y lo dejo en mis versos.
La Rábida, 18 de marzo de 1982
Francisco Pérez Febres-Cordero
guayaquileño; 1934 - 2010